Tremaya

Tremaya

(La Pernía, Palencia)

Tremaya sirve de entrada al Valle de los Redondos, en un encantador paraje rodeado de prados y montañas.

 

El lugar aparece como Castrum Tremaia en un documento de 1037, que recoge el testamento de la condesa Elvira. En otros documentos del siglo XII, durante el reinado de Alfonso VII, se menciona el castellum de Tremaia, haciendo referencia al castillo o fortaleza de Peña Tremaya. Su nombre podría derivarse del latín tremere, relacionado con el término tremadal, “lugar movible o tembloroso por ser húmedo, por tener gravilla, etc.”

 

En los mismos testamentos de Doña Elvira (s. XI) también se hace referencia a dos monasterios, Santa María y San Tirso, en torno a los cuales pudo surgir la actual población de Tremaya, próxima al castro homónimo. El monasterio de Santa María podría estar relacionado con el actual templo parroquial, mientras que el de San Tirso se ubicaba a orillas del río Pisuerga, y según se cuenta, fue destruido por una riada en tiempos inciertos.

 

A mediados del siglo XIX, en el diccionario de Pascual Madoz se dice que Tremaya y Los Llazos estaban “unidos entre sí para su gobierno y agregados al Ayuntamiento de Areños“.

 

Durante el siglo XIX y principios del XX, en varios pueblos de La Pernía se dieron casos de emigrantes que viajaron a América para hacer fortuna y al regreso pensaron en su pueblo. Es el caso de Francisco Buedo, natural de Tremaya, que tras emigrar a Argentina a finales del siglo XIX, hizo importantes donaciones en su localidad natal para construir el cementerio, el puente y la casa de la escuela.

Fue precisamente en la escuela de Tremaya, donde ejerció de maestro entre 1944 y 1945, el folclorista Luis Guzmán Rubio, quien llevó a cabo una importante recopilación de canciones, tonadas, romances, bailes y tradiciones de La Pernía, que forman parte del Archivo de la Tradición Oral de Palencia.

La escuela de Tremaya, sufrió varios incendios en el siglo pasado (uno en torno a 1936 y otro en lo años 1950). Desde hace unos años ha sido recuperada para ser utilizada como albergue, con literas, comedor, chimenea, calefacción y duchas de agua caliente.

 

Tremaya celebra sus fiestas el día de Nuestra Señora, 15 de agosto. También se solía celebrar San Tirso, el 28 de enero.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

La iglesia de Tremaya se ubica en una zona de prados a las afuera del pueblo, desde donde se disfruta de una de las más bellas panorámicas del entorno, con la Sierra de Peña Labra y las montañas circundantes de fondo.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es un edificio de mamposteria, de una sola nave con el presbiterio cubierto con bóveda de crucería estrellada. En realidad, se trata de una reedificación llevada a cabo a finales de la Edad Media de otra iglesia anterior más pequeña (aún se puede apreciar en la espadaña un lienzo de pared de la antigua iglesia). En su interior conserva una imagen de la Virgen con el Niño del siglo XIII, una imagen de Santa Ana del siglo XVIII y una imagen de San Tirso (s.XV-XVI), proveniente del antiguo monasterio desaparecido de San Tirso.

La fortaleza de Peña Tremaya

Según algunos documentos y hallazgos arqueológicos, existió una fortaleza castrense en la Peña Tremaya, escenario de la leyenda “La Venganza del Conde“.


Actualmente no queda prácticamente nada de la fortificación, pero en el lugar donde se ubicaba se encontraron cerámicas medievales decoradas datadas en el siglo X, así como restos de tejas y piedras procedentes de una antigua construcción en las proximidades de la cima, que podrían pertenecer a una torre defensiva situada estratégicamente en la parte más alta. En las excavaciones realizadas se hallaron además fragmentos de armas y puntas de flechas.


La existencia de este emplazamiento se corrobora en el documento donde se recoge el privilegio concedido por Alfonso VII al obispo de Palencia D. Raimundo en 1153, en el cual se puede leer que “anula los malos fueros de castellaria”, lo que demuestra que en el s.XII existía en Pernía un castillo cercano a la villa de San Salvador, ya que “la castellaria” era una contribución que se pagaba para el mantenimiento del castillo.


Sobre la estructura y disposición de esta fortaleza no hay ningún dato, pero tal vez estuvo construida en dos planos, con una atalaya en la parte más alta y una zona residencial en el altiplano que existe próximo a la cumbre, donde hay incluso un manantial.


Actualmente, en la cumbre de Peña Tremaya, una caseta de vigilancia de incendios aprovecha la estratégica y privilegiada situación del emplazamiento.

Restos de muralla en Peña Tremaya
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