Colegiata de San Salvador de Cantamuda

Una joya del románico palentino

Adéntrate en la iglesia románica de San Salvador de Cantamuda…

Horario de visitas a la iglesia de San Salvador de Cantamuda.

De martes a domingo

11:30 a 14:00 h

17:00 a 18:30 h

 

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Historia

Historia

La iglesia de San Salvador de Cantamuda constituye uno de los ejemplos más sobresalientes del románico en el norte de Palencia.

 

Su fundación se atribuye a la condesa Doña Elvira Favílaz, esposa del conde Munio Gómez, como así consta en dos documentos de 1037 y 1069, conservados en el Archivo de la Catedral de León. En ellos, la propia condesa concede a la diócesis de León una cuantiosa donación de villas y heredades, de la que forma parte el entonces monasterio de San Salvador, en Pernía.

 

En 1153, Alfonso VII dona la iglesia de San Salvador y la villa de Polentinos a la sede episcopal palentina. Donación que se ve ratificada en 1181, cuando el rey Alfonso VIII, otorga al obispo palentino Don Raimundo II (tío del propio monarca), el monasterio de San Salvador de Campo de Muga, junto con otra serie de propiedades. Es a este periodo de finales del siglo XII, al que debe corresponder, en buena medida, el edificio que hoy podemos admirar.

La existencia en la iglesia de dos puertas de acceso de época románica, parece revelar su antiguo caracter monasterial. Una de ellas, bajo el actual pórtico, destinada quizás a los miembros del clero y a las necesidades del monasterio; la otra, en el muro de la espadaña, para el servicio de los fieles.

 

De su posterior importancia histórica, es buen reflejo el hecho de que ascendiera al rango de colegiata en 1478, con abad y canónigos, manteniéndose así hasta 1851. Actualmente el templo cumple las funciones de iglesia parroquial.

En 1993, fue declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento Histórico.

Arquitectura

La iglesia de San Salvador destaca por su unidad y equilibrio arquitectónico, conservando sin demasiadas alteraciones la fábrica románica original, a excepción algunos añadidos posteriores, como son el pórtico del muro meridional, construido en la segunda mitad del siglo XVI; la torre cilíndrica del lado norte, que da acceso a las campanas; así como la reforma del ábside de la epístola en época moderna, transformado hoy día en sacristía.


Su planta es de cruz latina, con una sola nave, transepto, crucero y tres ábsides semicirculares en la cabecera, siendo el central de mayores dimensiones que los dos laterales.

En sus muros se utilizan sillares de distintos tamaños, o incluso mampostería, como es el caso de alguna de las bóvedas.

Planta de la iglesia de San Salvador de Cantamuda

Exterior

La ubicación de la iglesia, junto a un prado y sin otras construcciones a su alrededor, realza aún más su belleza y permite contemplarla desde cualquier ángulo.

En el exterior, la decoración la aportan los canecillos de variada composición de las cornisas, donde predominan los motivos sencillos, vegetales o geométricos. Si bien, en uno de los canecillos puede distinguirse la figura de un simpático osezno.

Destaca también la ventana del muro sur, típicamente románica, decorada con puntas de diamante y capiteles de entrelazos y una cara humana.

Aunque sin duda, el elemento más llamativo es la airosa y esbelta espadaña de tres cuerpos y cuatro troneras, que se alza en el lado oeste, con más de 18 metros de altura, considerada como una de las más bellas espadañas del románico español. A modo de curiosidad, en una de las columnillas de las troneras puede apreciarse la figura de un rostro masculino.

 

Interior

Interior del ábside central y mesa del altar

En el interior, la armonía es sobrecogedora, haciendo de la iglesia de San Salvador, verdadero arte.

El conjunto arquitectónico, de cuidadas y bellas proporciones, invita a detenerse en cada detalle.

La decoración escultórica es por lo general sobria, con elementos sencillos, estilizados y mayormente vegetales, aunque también hay algunas figuras animales.

La nave se cubre con bóveda de cañón apuntado y bóveda de crucería en el transepto, con ornamentación floral en los nervios, características de un románico más bien tardío.

En la cabecera, el ábside central transmite un gran equilibrio, con cuatro nervios prismáticos en la bóveda de horno o cascarón, que se apoyan en columnas rematadas por capiteles figurados, entre los que destaca uno con una pareja de bueyes, y a su lado otro con unos caballos y una serpiente.

Interior del ábside central y mesa del altar

Pero, sin lugar a dudas, el protagonismo en el interior se lo lleva la excepcional mesa del altar mayor, soportada por un bello conjunto de columnillas de época románica, con fustes y capiteles de variada y delicada ornamentación a base de motivos vegetales, entrelazados y tramas geométricas. La procedencia de estas columnillas es incierta, pero bien pudieran ser una reutilización del antiguo monasterio de San Salvador.

 

Completan la cabecera los dos ábsides laterales, de menores dimensiones que el ábside central, cada uno con un pequeño altar, también de columnillas decoradas. El ábside del lado norte conserva la típica estructura románica, mientras que el del sur fue reconstruido en época moderna y actualmente alberga la sacristía, con una parte del techo recubierta de madera policromada de época barroca.

 

En cuanto a la imaginería religiosa, se conserva un interesante Cristo Crucificado gótico (s. XIV), así como varias tallas de Vírgenes con el Niño, la Virgen del Rosario y San José. Preside el templo una talla de El Salvador (s. XVI), a quien está dedicada la iglesia.

Sobre el altar de la sacristía, el sagrario, del siglo XVI, muestra una imagen de Jesús resucitado con un llamativo aspecto musculoso poco habitual.

 

En 1970, mientras se realizaban unas obras de cimentación en la zona del presbiterio, se encontró una lauda sepulcral de piedra caliza, de época mozárabe, datada entre la segunda mitad del siglo IX y la primera del XI. Actualmente se halla depositada en el ábside norte, y cuenta con una tosca decoración de arcos de herradura y greca geométrica, junto con una inscripción incompleta en latín, cuya traducción dice lo siguiente:

"ALMA PIADOSA, CREADOR DA EL PERDÓN A QUIÉN DESCANSA EN LA MUERTE. SIERVO DE DIOS HABRÁS QUERIDO ESPERAR... DOMINGO A LAS SEIS DE LA TARDE... ABAD DIEGO... "

La leyenda de "La Venganza del Conde"

En La Pernía existe una leyenda de gran arraigo popular, que relata la venganza llevada a cabo por el Conde Munio a su mujer Doña Elvira.

Esta curiosa historia se ha relacionado tradicionalmente con el origen del nombre de Cantamuda y de la propia iglesia de San Salvador.

Iglesia de San Salvador y Peña Tremaya, escenarios de la leyenda.
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